Chicago tiene que ser un lugar seguro para vivir, aprender, trabajar, y hacer negocios. Todas las vecindades necesitan tomar parte en identificar y desarrollar métodos para guardarnos seguros del crimen y de la violencia. La Ciudad tiene que asignar dinero para asegurar que la seguridad de todos los residentes de Chicago sea absoluta prioridad.

Como Alcalde, trabajaré a mejorar la seguridad pública por:

• Aumentar la cantidad de policías trabajando para prevenir y resolver crímenes por asignar dinero para llenar vacancías actuales en el cuerpo de policía, y por mover recursos de los empleos dentro de las comisarías, como policías sentados en frente de un escritorio llenando formularios y reportes, y problemas no tan importantes, como citar ofensas de estacionarse.
• Quebrar el código de silencio y el ciclo de venganza por intervener con una reacción rápida a la violencia, con una asociación con organizaciones comunitarias bien establecidas, mejorando el nivel de confianza entre las comunidades con muchos crímenes y el cuerpo de policía, creando un equipo de reacción rápida, así que cuando se suceden los hechos de violencia, hay apoyo para que la comunidad puede sanarse.
• Aumentar las oportunidades de desarrolarse para asegurar que el cuerpo de policía sea bien entrenado, diverso en todos niveles y refleje la población de la ciudad. Debemos asegurar que los policías y los administradores estén entrenados en la competencia cultural, la imigración, el tráfico humano, los crímenes de odio, las enfermedades mentales, y otros temas para que los policías pueden ayudar a evitar los crímenes y las actividades peligrosas.
• Integrar la tecnología en las operaciones de la policía para edificar un cuerpo de policía que está al siglo XXI. Los fondos de ARRA han dado recursos para aparatos nuevos y la Ciudad está desarrollando su estructura tecnológica. Debemos asegurar que se usen correctamente las nuevas tecnologías como las luces azules y las advertencias inmediatas.
• Prevenir el crimen y la violencia por apoyar los esfuerzos para proveer a los jóvenes opportunidades de tomar parte en las actividades positivas y de contribuir a la vida comunitaria, por medio de los programas que se ofrecen después de las clases escolares y durante los veranos, y emplearse después de las clases escolares.
• Reintegrar a los ex-prisioneros seguramente. Con más de 20.000 personas volviendo a Chicago de la prisión cada año, Chicago tiene que crear maneras seguras y adecuadas para integrarlos en la fuerza laboral y en la vida de la comunidad.
• Fortalecer la relación entre la policía, las organizaciones comunitarias en las cuales podemos confiarnos, y los residentes, en cuanto a todos los temas acerca de la seguridad pública por medio de revitalizar la policía en la comunidad y por el programa CAPS, un programa comunitario sobresaliente que ayuda a prevenir los crímenes y resolver los casos. Clave para realizarse este programa es la inversión de fondos, el entrenamiento, y los programas comunitarios tradicionales que ayudan al pueblo a organizarse para metas positivas.
• Revisar la ordenanza municipal sobre el control de armas que se inició en julio de 2010, para ver si se hace cumplirla y si es eficaz; y modificarla cuando se necesita, para quitar de las calles las pistolas ilegales y todas las armas asaltas y automáticas.